8 el Espíritu, el agua y la sangre, y los tres convienen en lo mismo.
9 Si aceptamos el testimonio de los hombres, mayor es el testimonio
de Dios, pues este es el testimonio de Dios, que ha testimoniado acerca de
su Hijo.
10 Quien cree en el Hijo de Dios tiene el testimonio en sí mismo.
Quien no cree a Dios le hace mentiroso, porque no ha creído en el
testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.
11 Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna y
esta
vida está en su Hijo.
12 Quien tiene al Hijo, tiene la vida; quien no tiene al Hijo, no tiene la
vida.
13 Os he escrito estas cosas a los que creéis en el nombre del Hijo de
Dios, para que os deis cuenta de que tenéis vida eterna.
14 En esto está la confianza que tenemos en él: en que si le pedimos
algo según su voluntad, nos escucha.